El Sexo es un aspecto fundamental en las relaciones de pareja, reflejando la intimidad y complicidad que existe entre dos personas. Aquellas parejas que practican sexo con menor frecuencia también desarrollan problemas de comunicación y compenetración, además de tornarse en ocasiones más irritables y hostiles. Por eso cuando de matrimonio se trata es importante crear un nivel de compenetración sexual.
A veces las parejas discuten tanto acerca del sexo que se terminan preguntando si el mismo es realmente indispensable para tener un matrimonio feliz o si no sería mejor aprender a vivir sin él. Descubre si el sexo es realmente necesario.
La mayoría de las parejas dicen o se explican con algo como esto: Él quiere más sexo y ella no. Él dice que necesita el sexo para sentirse cerca de su esposa mientras que su pareja no entiende porqué sus abrazos, mimos y arrumacos no alcanzan para que él se sienta unido a ella. La mujer expresa que necesita sentirse fusionada a otro nivel con su esposo como primer paso antes del sexo y él no entiende cómo el sexo no la ayuda a sentirse cerca de él.
Al final de la jornada ella sigue sin entender por qué el sexo es tan importante para su marido. Hay muchas otras actividades que realizan juntos que hacen que su relación sea extraordinaria y por ese motivo, el sexo no debería ser una prioridad. Pero, después de un tiempo, ambos comienzan a preguntarse cosas:
A veces las parejas discuten tanto acerca del sexo que se terminan preguntando si el mismo es realmente indispensable para tener un matrimonio feliz o si no sería mejor aprender a vivir sin él. Descubre si el sexo es realmente necesario.
La mayoría de las parejas dicen o se explican con algo como esto: Él quiere más sexo y ella no. Él dice que necesita el sexo para sentirse cerca de su esposa mientras que su pareja no entiende porqué sus abrazos, mimos y arrumacos no alcanzan para que él se sienta unido a ella. La mujer expresa que necesita sentirse fusionada a otro nivel con su esposo como primer paso antes del sexo y él no entiende cómo el sexo no la ayuda a sentirse cerca de él.
Al final de la jornada ella sigue sin entender por qué el sexo es tan importante para su marido. Hay muchas otras actividades que realizan juntos que hacen que su relación sea extraordinaria y por ese motivo, el sexo no debería ser una prioridad. Pero, después de un tiempo, ambos comienzan a preguntarse cosas:
- Ella: si hay algo malo con su falta de deseo sexual.
- Él: si es negativo querer tener sexo tan frecuentemente.
Las relaciones sexuales son de vital importancia para el matrimonio
Lo único que compartes específicamente con tu esposo y con nadie más son las relaciones sexuales. Por eso, la intimidad sexual es la única cosa que diferencia a tu pareja de ser simplemente compañeros de cuarto. Es una parte vital del matrimonio.
No solo los diferencia de esa manera, sino que demanda también un nivel muy profundo de comunicación que generalmente no se tiene en otro tipo de relación.
La relación sexual requiere que converses con tu cónyuge de aspectos muy íntimos y sentimentales. Por ejemplo, para tener una experiencia de verdadera intimidad con tu esposo, tienes que contarle dónde te gusta ser acariciada y hacer las sugerencias que sean necesarias. Por eso, es fundamental que se sientan cómodos el uno con el otro, con una confianza que nunca hayan sentido antes con ninguna otra persona.
Requiere que hablen a corazón abierto para conocer lo que cada uno quiere dar y recibir sexualmente. Es importante que alcances un nivel de profunda confianza de que tu pareja responderá a tus pedidos sin juzgarte.
El sexo hace renacer la pasión y crea una conexión única
El comunicarte con tu pareja de esta manera tan vulnerable e íntima, crea una conexión única en la pareja que simplemente no puedes tener con nadie más sin que se torne sexual. Poder conversar de manera íntima, sumado al contacto físico, crea pasión en tu relación. También le hace notar a tu cónyuge que piensas en él como algo mucho más que un amigo. Y entonces tu matrimonio se vuelve verdaderamente una relación muy profunda. Esta conexión única que los amantes tienen crea intensidad, pasión y romance entre los dos y solo se logra a través de la sexualidad.
Realmente no es importante si tiene relaciones 2 o 10 veces por semana. Lo fundamental es que el sexo se convierta en una experiencia íntima intensa que los conecte a ambos profundamente. Si eso no sucede, su matrimonio no será realmente feliz. Así que, en vez de discutir sobre sexo y terminar creando más distancia entre conyuges, las parejas necesitan aprender a comunicarse y a hablar sobre sexo.
También necesitan estar abiertos a escuchar lo que su cónyuge quiere, siente y necesita. Esta no es solo una receta para una sexo grandioso sino también para que la relación matrimonial lo sea.
Por último y si la meta es llevar una vida sexualmente feliz y plena, dejen los problemas a un lado una vez que sea la hora de la intimidad. Muchas mujeres tienen dificultad para alcanzar el orgasmo debido a que les resulta complicado desconectar de sus preocupaciones. Muchos hombres disminuyen la frecuencia de sus encuentros por estrés o tensión.
Dejar a un lado el sexo no resolverá los problemas que ambos puedan tener, pero en cambio tener una intimidad feliz les permitirá reducir el estrés y sentirse mucho mejor, además de otros importantes beneficios que repercutirán en la salud y estabilidad de la pareja.
Recapitulemos
Realmente no es importante si tiene relaciones 2 o 10 veces por semana. Lo fundamental es que el sexo se convierta en una experiencia íntima intensa que los conecte a ambos profundamente. Si eso no sucede, su matrimonio no será realmente feliz. Así que, en vez de discutir sobre sexo y terminar creando más distancia entre conyuges, las parejas necesitan aprender a comunicarse y a hablar sobre sexo.
También necesitan estar abiertos a escuchar lo que su cónyuge quiere, siente y necesita. Esta no es solo una receta para una sexo grandioso sino también para que la relación matrimonial lo sea.
Por último y si la meta es llevar una vida sexualmente feliz y plena, dejen los problemas a un lado una vez que sea la hora de la intimidad. Muchas mujeres tienen dificultad para alcanzar el orgasmo debido a que les resulta complicado desconectar de sus preocupaciones. Muchos hombres disminuyen la frecuencia de sus encuentros por estrés o tensión.
Dejar a un lado el sexo no resolverá los problemas que ambos puedan tener, pero en cambio tener una intimidad feliz les permitirá reducir el estrés y sentirse mucho mejor, además de otros importantes beneficios que repercutirán en la salud y estabilidad de la pareja.
Recapitulemos
Entonces repasemos y modifiquemos nuestra conducta desde hoy, no es imperativo que uno o una encuentre una nueva pareja para empezar de nuevo, sino que la pareja puede reinventarse y comenzar una vida de felicidad y plenitud y porque no de complicidad, sensualidad y amor...
1) Enfados: no hay nada como una buena disputa para aplazar el sexo. A nadie le apetece acostarse con alguien con quien está enfadado. ¿Y hasta dónde llega ese cabreo? Los enfados pueden durar un día o unos años pero, independientemente de ello, si estás enfadado, utilizarás tu negativa ante el sexo como arma para la lucha. Si el enfado no se puede resolver con una conversación con tu pareja, entonces es mejor que vayas a terapia o hables con un coach. El enfado no solo afecta a tu vida sexual, sino también a tu salud y a tu bienestar.
2) Sensación de ser controlado: ya sea porque tu pareja te dice lo que tienes que hacer, o porque su actitud controladora sea más bien pasivo-agresiva. Obviamente, a nadie le gusta que le controlen. Aunque nos tiente rendirnos con el sexo y decidamos, simplemente, hacerlo para que acabe cuando antes, el sexo en esas condiciones no se disfruta. Cuando nos controlan, lo único que controlamos nosotras es el sexo. Quizás no somos conscientes de ello, pero controlar el sexo puede darnos poder en una relación impotente.
3) Falta de Comunicación: cuando la comunicación con tu marido se limita a los horarios de los niños o a la lista de la compra, os hacen falta unas cuantas palabras de amor más para volver a encender la llama del sexo. Que te digan lo sexy o lo guapa que estás puede funcionar. Si quieres oírlo, empieza diciéndole tú lo atractivo que está al volver del trabajo; a los hombres ¡también les gusta oír cosas así! Alimenta su ego y, con suerte, pillará la indirecta y te responderá con otro piropo.
4) Falta de atracción física: puede que haya cogido unos kilitos desde que os casasteis y que su físico esté decayendo. Sinceramente, creo que es responsabilidad de todas las parejas tratar de mantener el físico para que no se pierda la atracción. Está claro que todos envejecemos, pero también es verdad que probablemente no estemos haciendo todo lo posible por seguir siendo atractivos. Si esos kilos de más se convierten en un problema, sincérate con él. Propón un cambio en vuestro estilo de vida. Plantearos el objetivo de participar en una carrera local, elegid unas vacaciones deportivas, probad a hacer kayak o surf de remo... Ser una pareja activa puede suponer un cambio real tanto en vuestro físico como en vuestra comunicación.
5) Estrés: a ver, si trabajas a tiempo completo y pasas tu tiempo libre en el coche para llevar a los niños a sus actividades extraescolares, no te queda tiempo para TI. El estrés y la ansiedad pueden apaciguar tus ganas de sexo. Es imprescindible dedicar una hora al día a actividades relajantes: un paseo, yoga, meditación, ir de compras, ponerse guapa...
1) Enfados: no hay nada como una buena disputa para aplazar el sexo. A nadie le apetece acostarse con alguien con quien está enfadado. ¿Y hasta dónde llega ese cabreo? Los enfados pueden durar un día o unos años pero, independientemente de ello, si estás enfadado, utilizarás tu negativa ante el sexo como arma para la lucha. Si el enfado no se puede resolver con una conversación con tu pareja, entonces es mejor que vayas a terapia o hables con un coach. El enfado no solo afecta a tu vida sexual, sino también a tu salud y a tu bienestar.
2) Sensación de ser controlado: ya sea porque tu pareja te dice lo que tienes que hacer, o porque su actitud controladora sea más bien pasivo-agresiva. Obviamente, a nadie le gusta que le controlen. Aunque nos tiente rendirnos con el sexo y decidamos, simplemente, hacerlo para que acabe cuando antes, el sexo en esas condiciones no se disfruta. Cuando nos controlan, lo único que controlamos nosotras es el sexo. Quizás no somos conscientes de ello, pero controlar el sexo puede darnos poder en una relación impotente.
3) Falta de Comunicación: cuando la comunicación con tu marido se limita a los horarios de los niños o a la lista de la compra, os hacen falta unas cuantas palabras de amor más para volver a encender la llama del sexo. Que te digan lo sexy o lo guapa que estás puede funcionar. Si quieres oírlo, empieza diciéndole tú lo atractivo que está al volver del trabajo; a los hombres ¡también les gusta oír cosas así! Alimenta su ego y, con suerte, pillará la indirecta y te responderá con otro piropo.
4) Falta de atracción física: puede que haya cogido unos kilitos desde que os casasteis y que su físico esté decayendo. Sinceramente, creo que es responsabilidad de todas las parejas tratar de mantener el físico para que no se pierda la atracción. Está claro que todos envejecemos, pero también es verdad que probablemente no estemos haciendo todo lo posible por seguir siendo atractivos. Si esos kilos de más se convierten en un problema, sincérate con él. Propón un cambio en vuestro estilo de vida. Plantearos el objetivo de participar en una carrera local, elegid unas vacaciones deportivas, probad a hacer kayak o surf de remo... Ser una pareja activa puede suponer un cambio real tanto en vuestro físico como en vuestra comunicación.
5) Estrés: a ver, si trabajas a tiempo completo y pasas tu tiempo libre en el coche para llevar a los niños a sus actividades extraescolares, no te queda tiempo para TI. El estrés y la ansiedad pueden apaciguar tus ganas de sexo. Es imprescindible dedicar una hora al día a actividades relajantes: un paseo, yoga, meditación, ir de compras, ponerse guapa...
Muchas veces como mujeres a diferencia de los varones, solemos culparnos a nosotras mismas por la falta de romanticismo en el matrimonio. Como somos generosas por naturaleza, cuando nos vemos incapaces de dar, pensamos que algo en nosotras no va bien. El hecho de no tener relaciones sexuales de forma regular en el matrimonio puede ser normal, pero si pasan las semanas y los meses y sigue faltando el sexo, probablemente sí que tengáis que resolver algo en vuestra relación, no en vosotros mismos.
Espero que este artículo les haya servido mucho, me agradaría conocer sus opiniones al respecto...
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